"Me permito realizar una evocación personal: Me encanta haber tenido ocasión de "aprobar" una asignatura doblemente pendiente hasta mi jubilación. Una deuda conmigo misma, con mis deseos y objetivos incumplidos; y sobre todo, algo que debía a mi aita, gran aficionado a la música, a la vez un hombre práctico que pensó siempre en la posibilidad de tener que utilizarla como pasaporte, como medio de vida en cualquier lugar del planeta. Cuando siendo niña estudiaba en el piano, me dijo muchas veces: "debes tocar también el acordeón. Es un instrumento precioso, un pequeño órgano con innumerables registros. Piensa además, que si un día tuvieras que irte lejos, no podrías correr con tu piano a cuestas".
Aita, no pienso ya en tener que desprenderme de mi piano. Pero es verdad, llevo a todas partes mi acordeón. Eskerrik asko!"
Inmaculada Boneta - Amiga de la BAOS y alumna de la Escuela de Música LOROÑO - Revista nº 3 BILBAO ACCORDION.