Motivo nº 30. La inteligencia.
A mí mis aitas desde muy pequeña me orientaron al aprendizaje de la música como una manera de desarrollar la inteligencia y las emociones. Hoy en día sigo disfrutando de ese aprendizaje, que realmente me ha servido para afrontar otras disciplinas en mi vida académica. Lo que bien se aprende queda para toda la vida.